Un niño agredido, una sociedad en silencio



El video de unos jóvenes agrediendo a su compañero de clase con parálisis cerebral ha revolucionado las redes. Carmen, la madre de la víctima, exige que se tomen medidas

-Hay momentos en los que uno no puede,  ni debe , permanecer en silencio - y hoy es uno de ellos. Este es el titular de una noticia que leí el otro día sobre una agresión a un niño parapléjico .Esta noticia a estado presente en todos los periódicos y ha provocado un inmenso dolor a parte de la población y no me puedo llegar a imaginar el dolor que ha sufrido y sufre esa familia y sobre todo el niño .

La agresión que ha sufrido ese niño a manos de sus propios compañeros no solo significa un acto de violencia , si no la traición a los derechos humanos . ¿ Como hemos llegado hasta esto ? ¿ Que estamos haciendo mal como sociedad ?

 También me pregunté al leer la noticia que había echo el colegio al respecto y resulta que lo único que han echo es expulsar 5 días a los agresores y decirle a la madre del niño que lo cambie de clase , es decir, es el niño el que tiene que irse , es el niño el que tiene que empezar de cero y vivir con miedo a que le vuelva a pasar lo mismo .Como una institución educativa , que debería ser un lugar de refugio un espacio para educar basándose en la moral y ética, intenta lavarse las manos .Esta agresión aparte de reflejar la maldad abre una herida mucho mas profunda , la de una sociedad que ha normalizado el silencio , el miedo , el mirar hacia otro lado y el aprovecharse de las personas más vulnerables 

No hay nada que signifique mas maldad que la agresión a un niño que no puede defenderse por si solo y además que aparte de los agresores , si no que los que deben cuidarlos eran cómplices de ello . El colegio al tratar de suavizar lo ocurrido se esta convirtiendo en parte del dolor causado a ese niño y su familia 

Esto me ha echo preguntarme : 

¿ De que sirve que nos enseñen lengua o historia si no nos enseñan a trasmitir empatía o respeto ?

¿ En que tipo de sociedad nos estamos convirtiendo al hacer que las personas mas indefensas no tienen  quien los defienda porque la gente prefiere mirar hacia otro lado ?

Esta noticia me ha conmovido mucho ya que creo que no se trata solo de que se castigue a los agresores si no de mirarnos al espejo e imaginar que nos pasara a nosotros o a un familiar . Porque mientras el sistema educativo y social siga fallando y destruyéndose y sobre todo desprotegiendo a los mas vulnerables todas las personas de alguna forma somos responsables de ello 

NO a las agresiones , No a vivir con miedo , aprendamos a respetarnos como sociedad y luchar por un cambio en el sistema , porque no nos duelen las cosas hasta que suceden y estamos en un punto que algunos no les produce  dolor leer esta noticia 

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho la forma en la que has descrito el colegio, "un lugar de refugio para educar basándose en la moral y ética", pero sin embargo, como has dicho, hace lo contrario, intenta lavarse las manos. Quieren deshacerse del "problema" que tienen, lo antes posible, para que no perjudique su reputación. No entiendo cómo, una institución que su principal objetivo es enseñar y respetar, eche la culpa a un niño que, desde un principio, no ha hecho nada malo, lo único que ha hecho es ¿ir al colegio? y por ello, ¿debe ser agredido?.
    Tienes mucha razón diciendo que ya nos hemos acostumbrado al silencio y al miedo. Vivimos en una sociedad en la que dependes de ti mismo y de nadie más, pero a su vez, debes sentirte amenazado por las acciones de los demás. El castigo recibido a los agresores, sólo hará que el niño se sienta aún más culpable de simplemente existir, de ir al colegio. Siempre pensará "¿por qué fui ese día a ese lugar y justo en ese momento?" Debemos luchar contra este acoso y parar de escondernos. Tu redacción debe ser visto más por otros, para que se den cuenta de lo que está pasando y dejen de tener miedo. Los agresores deben tener un castigo más severo y duro, o sino, nunca se darán cuenta de lo sucedido, ya que como es tan leve la sanción impuesta, buscarán otras formas de hacer otra vez lo mismo, ya que les divierte. Habrá más víctimas y nadie hará nada. Se debe difundir más esta noticia para que la gente tenga conciencia de todo ello.

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  2. A mí también me conmovió, Blanca.
    Otros/as compañeros/as también escribieron sobre este suceso.
    Gracias por tu texto.
    ¡Qué bien que reflexiones sobre educación y que plantees este suceso como un extraño espejo donde mirarnos, tal vez para transformarnos.
    Hay una parte de mí que hubiera preferido dejar de leerte, que hubiera preferido no recordarlo, no volver a pensar, no volver a mirar. Me da miedo esta parte de mí porque, en el fondo, es un modo de mirar hacia otro lado, como con otras tantas violencias.
    Estoy convencido de que, en general, cuando tenemos noticia de estas cosas que suceden más o menos cerca de nosotros (a veces en nuestro aula, en nuestra calle, a la vuelta de la esquina, o en el otro lado del mediterráneo), solemos construir discursos que nos exculpan, como si los responsables siempre fueran los otros pero nunca uno mismo. Por eso me interesa cómo al final de tu texto indicas que el cambio comienza por nosotros en función de cómo respondamos ante lo sucedido, ante lo que sucede a nuestro alrededor.
    ¿No crees que para que una cosa así suceda, ha debido haber innumerables ejercicios pequeñitos de violencia que se han pasado por alto por unos y otros? ¿No crees que en el contexto escolar en que nosotros nos movemos asistimos casi a diario a pequeños actos de violencia que dejamos pasar y, de algún modo, normalizamos, consentimos? Un comentario homófobo, o machista, un silencio, qué sé yo.
    Como docente, padre, educador, todo esto me hace sentir fracasado en la medida en que no puedo evitar sentirme responsable. Estoy de acuerdo contigo en que la tolerancia, el respeto y la solidaridad deberían guiar nuestras acciones, en que deberíamos practicarlas, ponerlas en juego, y que la educación debería situar esas prácticas en su principal objetivo. Pero, ¿se hace? Yo diría que no. ¿Cómo se aprende la tolerancia, el respeto? ¿Cómo se enseña? ¿Cómo debería articularse la educación, la escuela, para que se convirtiera en un espacio de aprendizaje de este tipo? ¿Estamos los docentes-adultos preparados para asumir este reto? ¿Es compatible una educación atravesada por la competitividad y la aceleración con este reto? ¿Tiene cabida en tu instituto un texto como el tuyo o unas preguntas como estas que enuncio?¿Podemos parar para pensarlo?¿Tal vez para cambiarnos? Diría que no.
    Me gustaría invitarte a que conocieras el pensamiento de una filósofa del s. XX (que, por cierto, es una filósofa PAU) que se hizo preguntas parecidas a las tuyas. Se trata de Hannah Arendt. Era alemana, judía, y tuvo que huir a EEUU durante el mandato de Hitler en Alemania unos años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Tuvo suerte y desarrolló toda su vida académica e intelectual en Nueva York. Se hizo muchas preguntas sobre el Holocausto y el exterminio de los judíos. Preguntas parecidas a las tuyas. Y creó un concepto, "banalidad del mal", que me gustaría que estudiaras. Sus conclusiones son muy interesantes y aplicables al suceso del que hablas. Todos podemos hacer el mal. Lo hacemos cuando dejamos de pensar.
    Si quieres, investiga sobre esto, y dedicamos una sesión a este asunto después de vacaciones.
    https://youtu.be/MVZpoIz8ei4?feature=shared
    https://g.co/kgs/eh5b4BT

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  3. Hola Blanca. Tu texto me ha conmovido mucho. Has logrado expresar un dolor que no debería existir en pocas palabras pero dejándolo bien claro. Como he dicho, es un dolor que, a estas alturas de la vida, debería de desaparecer pero lamentablemente pasa mucho más de lo que imaginamos. Esta vez, el caso ha sido más mediático. Pero, ¿cuántos casos similares habrá en todo el país cada día y no nos enteramos? Me has hecho revivir lo que viví hace unas semanas cuando me enteré de este caso. Es muy triste tener que ver a un niño sufrir para que otros se "diviertan". Pero lo que me parece más triste es la reacción casi inexistente de quienes deberían haber actuado con firmeza y sensibilidad. Lo que relatas no solo es un acto de violencia, es un reflejo de la sociedad que estamos construyendo las personas que vivimos en ella. Tus palabras me invitan a reflexionar el qué estamos haciendo mal, a dejar de mirar hacia el otro lado y a preguntarme qué valores queremos transmitir a los que vienen. No se trata solo de castigar a los culpables, sino de generar un cambio en el sistema, en las instituciones y en la sociedad. Gracias por escribir esto, por no callar y por recordarnos que todos somos parte de esto (para bien o para mal)

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